Ante la disyuntiva de escoger entre un producto envasado con plástico y el mismo envasado con cristal puede darse que muchas personas se decanten por el vidrio puesto que quieren reducir el consumo de plásticos. Pero, en este caso, ¿es la mejor decisión?
Para hacer un análisis detallado de cuál es la mejor elección hay que tener en cuenta dos conceptos: análisis del ciclo de vida y la unidad funcional.
¿En qué consiste el análisis del ciclo de vida?
Se trata de una herramienta mediante la cual podemos observar y analizar la vida de un producto antes de que llegue a nuestras manos.
Vamos a poner como ejemplo una botella de agua, lo primero es la extracción de la naturaleza de los materiales que se van a usar para fabricarla (fase de extracción). Tras esto se analizan los procesos de fabricación de la botella (fase de producción) y seguimos con el transporte a una planta de relleno de agua y, finalmente, a la tienda donde la botella se pone a la venta (fase de transporte).
En la siguiente fase ya interviene el consumidor con su compra y bebiendo de esta (fase de uso). Por último, llega el momento de desechar la botella. Recomendamos siempre reciclar.
El análisis del ciclo de vida estudia qué energías y materiales se utilizan en cada una de las fases. Asimismo, se registran las emisiones a la capa de ozono que se producen y cuantifica el perjuicio de estas emisiones para el medioambiente.
Y, ¿a qué nos referimos con unidad funcional?
Se trata de la unidad de comparación entre dos elementos o acciones para saber cuál es la más sostenible.
En el ejemplo de la botella de agua, podemos establecer como unidad funcional una botella que almacena 33 cl. de agua. Es muy importante tener en cuenta la función que, en este caso, es almacenar una cantidad de agua concreta. Es relevante puesto que el primer pensamiento podría ser “comparo un kg. de plástico con un kg. de vidrio. Es un pensamiento erróneo ya que hay que pensar cuánta cantidad de plástico se necesita para almacenar 33 cl. de agua y cuánta de vidrio. La comparación correcta sería esta.
Ya tenemos cuál es la unidad funcional y también que hay que analizar todas las fases del ciclo de vida del producto. Así que, ahora podemos determinar, ¿qué es mejor para el medioambiente, una botella de vidrio o una botella de plástico.?
Pero antes, ¿qué significa ser mejor para el medioambiente?
Para determinarlo hay que tener en cuenta:
- Emisiones de CO2.
- La acidificación.
- La toxicidad.
- El daño a la salud por el ozono.
- El agotamiento de recursos fósiles y minerales.
- Cambio climático.
Estos parámetros se engloban dentro de la metodología ReCiPe. Uno de los métodos de evaluación más conocidos que analiza el impacto del ciclo de vida y la clave para descubrir si es mejor el vidrio o el plástico.
Y la mejor elección es…el plástico
Frente a lo que se puede creer en un primer momento, en este caso, el plástico es la mejor elección.
Ya en 1969 Coca-Cola fue la primera empresa en realizar un análisis del ciclo de vida para decidirse entre plástico o vidrio. Tras esto, en los años 70 presentó su botella de plástico. El New York Times publicaba la noticia que explicaba los beneficios del plástico frente al vidrio. Principalmente, era por el mayor impacto ambiental del vidrio en la fase de transporte.
Años después se han continuado realizando análisis que han corroborado aquel primer estudio.
Un modelo sostenible
En Sp-Berner seguimos trabajando para reducir la huella del plástico en el medioambiente fomentando la economía circular fabricando nuestros productos con residuos de este material.